El día de la partida. Extrañas sensaciones
Nunca hasta ahora había partido hacia un viaje largo con una extraña sensación de opresión. ¿La edad?. Lo
dudo. Ya empecé la etapa de los ”nunca hasta ahora” hace más de una década y
esto era distinto.
En primer lugar me asalta la incertidumbre de lo que me voy a ir
encontrando a lo largo de mi camino y es que el mundo lo siento cada vez más
hostil. Lo segundo, es que los años me han hecho sentirme cada vez más cómoda
en mi “zona de confort”, en mi casa, y salir de ella para enfrentarme vaya
usted a saber con qué, y si voy a ser capaz de solventarlo, cada vez me cuesta
más. Dejo la certeza, la rutina, la comodidad, para afrontar la incertidumbre,
la improvisación y la incomodidad que todo me genera. Y me sigue encantando
viajar. Pero digamos que esto me ha sucedido siempre aunque se va acentuando
con los años y la rápida evolución del mundo a nuestro alrededor. Intento
adaptarse a ello, y temo no conseguirlo alguna vez.
25 de abril, jueves.
Itinerario: Solférino-Meung Sur Loire-Dry.
Pernocta: Area de Dry (47.7984, 1.7142),
Hoy, 25 de abril de 2024, parados en el área de Dry (47.7984, 1.7142),
cerca de Meung sur Loire a unos kilómetros al sur de Orleans y a una hora y media
de Paris, a las casi 18 horas, Tula dormita en su cojín. Su cesto habitual de
la autocaravana ha sido sustituido por su cama de Boadilla que aunque más
grande y ocupa más espacio, le ofrece mayor comodidad.
24 de abril, miércoles
Itineario: Boadilla del monte-Solférino
Pernocta: aparcamiento en Solférino. (44.1454,
-0.9205)
Partimos ayer sobre las 11 de la mañana rumbo a Holanda, a su
primavera, a los campos de tulipanes. El
famoso jardín Keukenhoff cierra sus puertas el 12 de mayo y tenemos
entradas para el día 30 de abril.
Ayer nos recorrimos poco más de 500 km desde casa para llegar sobre las
19 horas hasta Solférino (44.1454, -0.9205) a unos 100 km al sur de Burdeos. Poco que
destacar. Paisajes hermosos de primavera donde el color verde tapiza la mayor
parte de los campos. Un mosaico de
colores primaverales inundaba en algunos momentos mis ojos que intentaban
abarcar los distintos tonos de verde a veces roto por las florecillas, los campos de un color
amarillo intenso de la colza, y los colores rojos o dorados de las tierras en
barbecho. Arboles vistiéndose ya suavemente con la pelusa de las incipientes
hojas, junto con otros aun desnudos. Luego llegamos a las suaves lomas del país
vasco con sus caseríos salpicando aquí y
allá un hermoso paisaje bucólico con sus ovejitas como puntos blancos
contrastando con el verde los prados. Tanta palabrería para intentar describir
el maravilloso espectáculo de una incipiente primavera…y no se consigue.
Traspasamos la frontera con Francia y el cielo se oscureció. Comenzó a
pintarse con nubes grises. Una vez más las rectilíneas y aburridas autovías
francesas atravesando inmensos campos o bosques, todo de un verde inmaculado.
Las nubes rompieron en agua justo cuando llegamos a Solférino y pensábamos
salir a dar un breve paseo para que Tula se desentumeciera. Tuvimos que esperar
hasta pasadas las 20 horas en que la lluvia cesó y se abrió un pequeño claro
que nos permitió salir. Al principio iba al paso y luego ya de vuelta, comenzó
con su trotecillo. Eso me tranquilizó, pero ese trote, no era como el de antes
del martes. Era más cansino, más forzado aunque sigue teniendo apetito y como
no, pidiendo nuestra comida.
La noche llegó pronto y nos fuimos a la cama hasta que a las 7 de la
mañana nos despertamos. Había niebla. No me gusta nada para conducir. Nos
quedamos un poco descansando porque Burdeos estaba a una hora y queríamos
evitar los posibles atascos de la primera hora de la mañana. Mientras
desayunábamos la niebla fue levantando
para disolverse del todo cuando partimos alrededor de las 9 de la mañana.
Condujimos par la autovía para tomar luego la N-10, la del fatídico
accidente hace 12 años. Los dos íbamos sobrecogidos. No reconocimos el punto
exacto, pero si más o menos la zona. Lo tengo gravado en mi memoria. Sobre las
12 paramos en un aire con la idea de no romper el ritmo de nuestra amiga que en
casa suele salir a pasear sobre esa hora. Así lo hicimos aunque lo redujimos a
unos 20’ en los que fue muy tranquila.
Cambio de conductor y a buscar Super U donde echar gasoil a un precio
aceptable para continuar de nuevo la conducción hasta la hora de comer. Íbamos
muy bien de tiempo así que esta vez nos podíamos permitir un pequeño descanso
después de la comida. Pero la mala suerte nos empujó a no estacionar en un aire
lleno de camiones donde siempre había alguno con el motor encendido, y en el
segundo aire de descanso aparcamos junto a un camión español que no apagó el
motor así que decidimos marcharnos y
poner rumbo a Meung Sur loira, a un área de autocaravanas.
Estamos al borde del pueblo junto a un parque y campos de deportes.
Saldremos en un rato a desperezar a nuestra amiga peluda a ver cómo responde a
un breve paseo aunque ella ya en casa estaría toda la tarde hecha una rosca
hasta las 20,30 en que se acerca la hora de la cena.
En nuestro breve paseo nos detenemos frente a una bonita casa que en su
puerta tiene el letrero de “puerta del sol” y entablamos una breve y animada
conversación con su dueño, hijo de una inmigrante española.
26 de abril,viernes.
Itinerario:
Dry-Amberes
Pernocta: Area de Amberes (51.1900, 4.4008)
A las 20 horas conseguimos comenzar a relajarnos de un día duro.
Estamos en Amberes en el área de autocaravanas, un sitio tranquilo en un
parque, rodeados de árboles de un porte considerable, pero un lugar muy
descuidado. Somos bastantes aunque dista mucho de estar lleno y nos hemos agrupado mayoritariamente en una
zona adoquinada pese a haber mucho espacio sobre hierba que es bastante más
agradable. Parece que pocos se quieren arriesgar a que llueva mucho y se
embarre y tengamos problemas para salir. 15 euros
Sobre las 8,30 hemos dejado el área de Dry. Noche muy tranquila y
afortunadamente el reloj del campanario ha dejado de sonar a las 22 horas y
hasta las 7. En luz en el área, se gastan poco, porque no estaba iluminada,
pero tampoco hacía falta. Comprobaríamos a lo largo del viaje que es algo muy
habitual en Francia, incluso en pueblos pequeños. No hay iluminación. No es que
sea pobre, es que sencillamente, no la hay.
Y hemos puesto rumbo a …París en una mañana que parecía la más soleada
de las que hemos tenido hasta ahora desde que hemos atravesado la frontera,
pero digo que se parecía, porque tenues y suaves nubes ocultaban el sol.
Y Paris, es un atasco, se vaya por donde se vaya y a la hora a la que
sea. De hecho, esperamos un poco para evitar la hora punta, pero pese a entrar
por sus anillos sobre las 10,30, nos comimos algún atasco que otro. Y gracias a
los benditos navegadores la cruzamos sin ningún fallo.
Y pronto pusimos rumbo Norte. Pagos de autopista, uno tras otro. Es una
sangría auténtica y sorprendentemente mucha densidad de tráfico, muchos
turismos y muchos, muchos camiones. Hemos tenido incluso dificultad para comer
ya que hemos entrado en dos "aires" y estaban llenos de camiones y ya en el
tercero nos hemos quedado y pese a haber espacio suficiente, se nos han puesto
dos camiones a cada lado y muy cerca de nosotros. Parecía un mensaje claro de
que nos fuéramos, que ese era su sitio. El problema era que en la zona de
turismos no cabemos, y los camiones no nos quieren. Sumamos que era viernes y
posiblemente se estaban preparando para pasar el fin de semana.
Así que medio “expulsados” y
advertidos por el navegador de un gran atasco a la entrada de Amberes, después de comer hemos
partido de forma inmediata. El atasco estaba avisado ya desde las 13 horas y
pensamos ingenuamente que a nuestra llegada ya no habría. Pero digo
ingenuamente.
Primero hemos atravesado zonas de una gran densidad de tráfico y con
muchos camiones cuya conducción era agobiante ya que si en Francia se les
prohíbe adelantar y lo cumplen, aquí en Bélgica parece reinar la anarquía y ocupan todos
los carriles de la autopista excepto el izquierdo. Así que resulta
estresante conducir con tanto tráfico y tanto camionazo que corre y empuja.
Hemos salido en un Auchan antes de entrar en Bélgica para echar gasoil ya que
yo no quería estar justa por el funcionamiento de la calefacción y dado que
podríamos estar parados en Amberes dos
noches.
Nos hemos duchado y ahora intentaremos relajarnos un poco antes de
cenar para irnos a la cama creo que no muy tarde.
Añadir que Tula parece más animada, menos amodorrada y su caminar es
algo más alegre. Ahora descansa, como siempre en alguno de nuestros sillones.
Mañana atacaremos Amberes.
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