Viernes, 3 de mayo
Itinerario: Amsterdam-Marken-Edam-Volendam
Pernocta: área de autocaravanas de Volendam
(52.4890, 5.0603)
Rayos, truenos y centellas y agua, mucha agua, a veces con gran fuerza. Eso por la noche. Espero poder salir mañana bien porque estamos en una gran pradera de césped, pero sí, salimos bien, y con lluvia suave.
Cargamos y descargamos agua y pusimos rumbo a nuestro primer destino de hoy: Marken.
Marken siempre fue una isla en mitad de un lago y unirla con el resto de la península holandesa supuso una gran obra de ingeniería. Esto se hizo a mediados del siglo pasado construyendo un dique y una carretera.
Así caminamos por lo que parecía su calle principal: casitas de madera donde
los vivos colores verdes, azules, grises,…contrastan entre sí, rodeadas de verde
y de agua, van acompañando nuestro paseo hasta llegar al pequeño puerto,
recogido y coqueto donde encontramos, como no, un grupo de chinos.
Nos dejamos perder por este pequeño lugar, por sus calles, disfrutando de su tranquilidad, y de los colores, que aunque apagados por estar nublado, nos brindaban unas hermosas imágenes.
De allí pusimos rumbo a Edam pero cuando llegamos tuvimos problemas para aparcar. En el primer aparcamiento que tenía anotado no cabían autocaravanas, otro frente a este, al lado de la carretera, tenía una barrera de altura así que intentamos un tercero que decían que estaba en obras. Y tuvimos suerte. Pero solo para nuestro tamaño. Más de seis metros no cabrían y menos mal también a que estaba poco ocupado.
Cruzamos una avenida y nos internamos por sus callejuelas hasta llegar
a lo que parecía una plazoletilla con una tienda de quesos a donde entramos.
Allí compramos un queso ahumado y seguimos caminando internándonos por sus
calles. No dejaba de llover, pero era una lluvia fina y aunque era difícil
manejarse con paraguas, teléfono y cámara de fotos, no resultó imposible.
Ahora nuestro destino era Volendam.
Allí había un área de autocaravanas que parecía muy guapa por 15 euros. Nos
quedaríamos a pasar la noche y visitaríamos la pequeña ciudad. También cabía la
posibilidad de continuar a Alkmar ya que serían las 12,40 solo.
Esta mañana no me di cuenta de
que el mercado de los quesos era solo los viernes y si en vez de dirigirnos a Edam hubiéramos
puesto rumbo a Alkmar, hubiéramos llegado a tiempo, aunque luego hubiéramos
topado con el problema de aparcar y acercarnos al mercado. Quizás debería haber
sido el primer destino de hoy para aparcar con tranquilidad y luego haber ido a
Marken, Edam y Volendam.
Pero, no lo pensé porque llevábamos un día de adelanto y cuando hice la
ruta desestimé Alkmar y su mercado al
llegar el sábado. Errores. Ya no puedo abarcar tanto y se me escapan cosas. En
su día, hace 20 años, lo vimos. En realidad es una “turistada” un espectáculo
donde señores corren con quesos, cogen a niños y los ponen también en las
barcas donde llevan los quesos, etc. Y mucho, mucho turista. A lo mejor lo
recuerdo para consolarme. Lo hecho o no hecho así se queda.
Afortunadamente y como pensamos, a las 13,30 en que nos planteamos salir había dejado de llover, pero un aire frio y húmedo dejó un ambiente frío que casi parecía de invierno. A mi no me sobró un fular gordo en el cuello y el chubasquero bien cerrado. Aunque no llovía, Angel sale con sus “playeras para agua” pero me confiesa que no puede soportarlas. Así que se cambió de calzado. Solo dispone de este par. Esperemos que no se le mojen. Yo siempre insisto en que lo más importante de la ropa en un viaje es el calzado. Las ciudades se conocen con los pies y no se puede comprar cualquier zapato en cualquier sitio. Insisto mucho pero me hago pesada y no me hace caso.
Las viviendas construidas cerca del área nos llaman la atención porque
están elevadas. Se accede a todas por una larga escalera que parte de una elevación artificial sobre la
base del terreno. Están cerca del puerto por lo que pensamos que posiblemente
es en previsión de una subida de mareas. El agua podría entrar inundando la
parte inferior pero nunca llegaría a las casas al estar sobre elevadas.
Esta pequeña ciudad data del siglo XIV y debido a su ubicación,
Volendam fue durante años un pequeño y ordenado pueblo de pescadores.
En poco tiempo llegamos al centro. Casitas pequeñas de madera, que
parecen de juguete. Como lo tienen todo abierto se puede ver su interior. Tiene
una planta baja en la que nada más entrar hay unas estrechas y empinadas
escaleras que ascienden a la planta superior y en la inferior comedor y cocina juntos.
Por la ventana de la fachada se ve perfectamente la ventana del otro extremo. La
verdad es que están decoradas con un gusto exquisito, pero de tamaño sorprende
su escasez.
Caminando por lo que parece la calle principal vamos disfrutando de
esta arquitectura que parece de casitas de cuento o de juguete de tejados rojos,
fachadas elegantes y adornos florales .
Una vez de regreso comprobamos que no habían pasado a cobrar. Al
parecer viene alguien. Sacamos a la peludiña a pasear un poco y parece que hoy
tenía más ganas, pero….come poco. Prácticamente solo el arroz que la mezclamos
con el pienso.
Y ahora cerca de las 19,30 queda descansar un poco, leer, o ver alguna
serie de netflix…cosa que hace ya días que casi no puedo hacer, es prácticamente
escribir y ponernos a cenar.
Sobre las 20 horas vimos gente fuera de las autocaravanas rodeando a un
señor. Es el cobrador, así que salimos a abonar nuestro importe
correspondiente.
Sábado, 4 de mayo
Itinerario: Volendam-Zaanse Schans-Alkmar-Hoorm
Pernocta: área de autocaravanas en el puerto de Hoorm (52.6338, 5.0587)
Hoorm. 19,15 horas. Area del puerto. Estupenda. Sobre asfalto pero muy
tranquila con baños y duchas, gratis y de agua caliente. Acabamos de disfrutar
de una estupenda. Desde que salimos de casa no nos habíamos podido estirar en
una ducha grande.
Día duro, bueno quizás como los últimos pero el cansancio se va
acumulando. Ayer terminamos a las 13, bueno no, porque por la tarde nos fuimos
a pasear por Volendam y hoy hemos
llegado aquí a las 14,45.
La noche ha sido estupenda, tranquila y en un sitio que por ahora, ha sido
el mejor. Hemos vaciado y llenado y partido rumbo a Zaanse Schans a donde hemos llegado cerca de las 9,30. Hemos aparcado en el único sitio posible para
autocaravanas, 10 euros. Había cuatro más.
Pero es preciso conocer este lugar, para mi, caído en cierta “desgracia”, la desgracia del “turismo de masas”.
En la misma línea que Kinderdij pero distinto. Aquí los molinos tienen
color y están junto a las viviendas, cosa que no era en kinderdij donde solo estaban los molinos alineados a lo
largo de canal. No había viviendas.
Aquí, a parte de los molinos coloridos, las bonitas casas que conforman todo el
entorno forman una estampa preciosa. Casitas pequeñas de madera, de colores,
con sus jardines, sus flores…una belleza. Si eliminara a la gente que transita
por todos los rincones posibles. Y chinos, muchos chinos y me entran instintos
asesinos cuando veo que forman un atasco para hacer un ridículo selfy con
gestos o muecas. Me dan ganas de empujarlos al canal. En fin.
Dimos un corto paseo de poco más de una hora para poner rumbo a Alkmar a donde llegamos en poco tiempo.
El aparcamiento que teníamos señalizado nos gustó. Amplio y en una zona comercial
a unos diez minutos del casco histórico.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la plaza donde se realiza la venta de los quesos. Y mi memoria me falló de nuevo. Yo la recordaba más grande. Ahora me resultó más pequeña.
Hoy sábado y con un espléndido sol, la gente llenaba las terrazas y los bares dispuestos a su alrededor. Y un poco más allá un mercadillo donde los puestos exponían distintos productos de alimentación: quesos, frutas, pan, pasteles,… en otras calles, ropa. Disfrutando de un día que contrastaba con el lluvioso de ayer, dejamos que sus calles nos engulleran, calles enladrilladas y con sus pequeñas casitas que parecían de juguete alineadas a ambos lados. Distintas plantas adornaban fachadas, trepando por ellas y dando color. Y mucha tranquilidad.
Y he tenido que parar porque de pronto el cielo se ha llenado de nubes grises, se ha levantado aire y creo que va a empezar a llover. Lluvia prevista para las 20 horas, pero son ya las 19,30, y se están escapado gotas. Cierre de claraboyas y ventanas. La gente se dispersa y guarda mesas y sillas. Se acabaron las tertulias.
Vuelvo al relato. Regresamos a la autocaravana y localizamos el Aldi
del que alguien en park4night hablaba. Compramos pan, algo de fruta, unas
pequeñas ensaladas y rumbo a nuestro destino de hoy.
Circulamos por aburridas carreteras que se abren paso entre enormes, infinitas extensiones verdes, y más verde, y agua, y canales, y más verde. Y me asaltó una pregunta: esta gente ¿de qué vive?.
Llegamos pronto a la desviación hasta Hoorm pero nada más girar nos encontramos con una señal de ancho
limitado. No cabemos y vienen turismos de frente. Angel se para y yo le digo
que no continúe. Tiende siempre a no interrumpir el tráfico, seguir circulando
hasta poder dar la vuelta. Yo, al contrario. Ve que tenemos un coche atrás y
yo, leyendo lo que piensa, le digo que no puede continuar así que me bajo y el
turismo que tenemos detrás nos adelanta. Tenemos vía libre para dar marcha
atrás unos metros y poder continuar por la otra carretera hasta encontrar un
acceso adecuado, pero Angel dice que algún imbécil le hace un gesto
desagradable preguntando que qué estamos haciendo. A mi eso ya me da igual.
Resolvemos en pocos minutos el dilema y entramos por otra carretera que nos
deposita en el puerto, nuestro destino
Pero no habían acabado las dificultades ya que nos encontramos la
puerta que indicaba la entrada al área de autocaravanas cerrada (52.6338,
5.0587). Pregunto a un grupo de vecinos
y me dicen que tengo que llamar al timbre. Así lo hago aunque he de insistir
hasta que me abren. Luego vemos otra unos metros más adelante que está abierta
y leemos un comentario en park4night que dice que hay que entrar por “la
segunda puerta”. Bueno, ya estamos dentro y nos disponemos a situarnos. Esta
ligeramente inclinada por lo que hay que utilizar calzos, pero como he dicho es tranquila.
A quince minutos de las 15 horas comemos y descansamos. Sobre las 17
decidimos salir a visitar la población que hoy celebra, como toda Holanda, el
día de la liberación. Hoy es un día de “reflexión” y nos sorprenden las
banderas a media asta pero mañana es día de fiesta.
Dejamos a nuestra amiga peluda porque nos da miedo que se haga largo el
paseo, y antes de acercarnos a la ciudad, intentamos pagar en la oficina del
puerto que estaba cerrada. Por primera vez desde que estamos en Holanda una
señora nos pregunta si nos puede ayudar y cuando la digo que queremos pagar nos
dice que se han ido a las 17 horas y que podía hacerlo a través de un código QR
que me muestra. Y comienzo el proceso, pero cuando llego al final, no admiten
visa y aparecen unas tarjetas raras, así que me ha dicho que mañana a las 9 la
oficina estará abierta.
En escasos minutos llegamos a lo que parece el centro de la ciudad. El puerto y la ciudad fueron de gran importancia durante el Siglo de Oro de Holanda, ya que aquí tenía una de sus sedes la VOC, la Vereenigde Oostindische Compagnie, o lo que es lo mismo, Compañía Holandesa de las Indias Orientales la primera multinacional del mundo que se dedicaba a la importación de productos exóticos de las Indias Orientales.
Es bonita, como todas hasta ahora. Pero estamos ya cansados. Desde ayer
hemos visitado media docena de pueblos pequeños, más o menos todos similares
cada uno con sus encantos y bellos rincones. Y esto nos hace no apreciar tanto
lo que nos rodea. De nuevo caminamos entre pequeñas viviendas de dos plantas,
con su característica forma de triángulo, calles enladrilladas, maderas de
colores, grandes ventanales y algún que otro edificio civil o religioso que
destaca sobre las sencillas viviendas.
Y de nuevo la gente llena las terrazas de los bares que están en las
plazoletas, disfrutando del sol de la tarde.
Nosotros regresamos. Hemos empleado algo más de una hora pero estamos
acatarrados, cansados y con pocas ganas de pasear más. Esta noche he tosido,
tengo mocos y flemas y me duele algo el pecho al toser así que he empezado a
tomar acetil cisteína a ver como evoluciono y también ibuprofeno. No me hace
gracia ponernos enfermos tan lejos de casa. Esperemos que se quede en una tos
que vaya cediendo. Adelanto ya que tardo más de 20 días en empezar a ceder.
Mañana iremos hacia el Norte un poco más, para comenzar el viaje hacia
el Sur, trazando un círculo, ahora ya de regreso. Nos quedan aun unos siete u ocho días, una tercera parte
del viaje que incluye el regreso.
El área de autocaravanas del puerto dispone de conexión eléctrica
incluida en el precio y unos baños y duchas estupendas, que aprovechamos y
disfrutamos.
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